Érase una vez 11 chicos que se juntaron en septiembre para jugar a voleibol. Todavía no eran un equipo, al principio cada uno aportaba una cosa, experiencia, ilusión, ganas de aprender, de progresar, y todos ponían mucho esfuerzo cada día.
Empezaron la competición con titubeos, pero en su fortín de Los Montecillos eran otros, se sentían invencibles.
La competición avanzó y cada día eran más equipo, empezaron a disfrutar y a sufrir juntos.
Al fin consiguieron un premio que se les había escapado dos años, participar en la Copa de SM el Rey, torneo en el que vendieron cara su derrota ante un equipo, que tuvo que jugar su mejor voleibol para derrotarlos.
Las piernas empezaban a pesar y las lesiones aparecieron, pero todo el mundo dió la cara y nunca se notaron las ausencias.
Ya llegando a final de temporada se cerró un año maravilloso, con un partido perfecto, jugando un gran voleibol y con todo el grupo participando en la victoria.
Y al final se convirtieron en un gran equipo, no por lo que ganaron, sino por lo que vivieron juntos, unas veces con pena, otras con alegría.
Nuestros #héroes han escrito un año inolvidable.